Área
Metropolitana del Valle de San Nicolás: Entre los Mitos, los Retos y la
Esperanza
Por
décadas, el Oriente Antioqueño ha sido una región de contrastes: pujante en su
economía, rica en cultura, diversa en su geografía, pero también fragmentada en
su planificación territorial. Hoy, la propuesta de conformar el Área
Metropolitana del Valle de San Nicolás (AMVSN) se presenta como una
oportunidad histórica para superar esas divisiones y avanzar hacia un modelo de
desarrollo más articulado, justo y sostenible.
Como
ciudadano y psicólogo comunitario, observo con esperanza —y también con sentido
crítico— este proceso que involucra a ocho municipios: Rionegro, Guarne, El
Carmen de Viboral, El Santuario, La Ceja, El Retiro, La Unión y San Vicente
Ferrer. La iniciativa busca integrar esfuerzos en temas clave como movilidad,
servicios públicos, seguridad, salud, medio ambiente y desarrollo económico.
Pero también ha despertado temores, resistencias y una ola de mitos
ideologizados que merecen ser desmontados con argumentos y pedagogía.
Los
beneficios reales: más allá del discurso político
La
creación del AMVSN permitiría:
- Planificación
territorial conjunta,
evitando la improvisación y el desorden urbano.
- Autoridad
única de transporte,
que mejore la movilidad regional y la conexión con el aeropuerto José
María Córdova.
- Red
Metropolitana de Salud,
fortaleciendo hospitales y atención primaria, especialmente en zonas
rurales.
- Protección
ambiental coordinada,
con planes de conservación, gestión de residuos y un “Cinturón Verde” para
preservar ecosistemas.
- Impulso
económico,
mediante el fortalecimiento del Distrito Agrario, el turismo sostenible,
el emprendimiento y la atracción de inversión nacional e internacional.
- Educación
y vivienda digna,
con programas integrados que respondan a las necesidades reales de la
población.
Estos
beneficios no son promesas vacías. Están respaldados por experiencias exitosas
en otras regiones del país, como el Valle de Aburrá, Bucaramanga y
Barranquilla, donde la figura metropolitana ha permitido avanzar en proyectos
de impacto regional sin sacrificar la autonomía municipal.
Los
mitos que distorsionan el diálogo
Lamentablemente,
el debate ha sido contaminado por narrativas que buscan sembrar miedo y
confusión. Algunos de los mitos más recurrentes incluyen:
- “Cornare
desaparecerá”:
Falso. La autoridad ambiental seguirá operando con sus competencias
intactas.
- “Se
crearán nuevos impuestos”:
Falso. Cada municipio conserva su autonomía tributaria.
- “Los
acueductos veredales serán eliminados”: Falso. Estos sistemas comunitarios seguirán
funcionando y podrían fortalecerse.
- “Rionegro
dominará a los demás municipios”:
Falso. El modelo de gobernanza propuesto garantiza participación
equitativa y decisiones por consenso.
- “Se
convertirán municipios en rellenos sanitarios”: Falso. La disposición de
residuos está regulada y planificada con sostenibilidad.
Estos
mitos, muchas veces promovidos desde sectores ideologizados, no solo
desinforman, sino que obstaculizan el diálogo democrático que la región
necesita.
Un
llamado a la conciencia ciudadana
La
consulta popular convocada para el 9 de noviembre será un momento clave. No se
trata de votar por una ideología, sino por una visión de futuro. La región
enfrenta desafíos que ningún municipio puede resolver solo: crecimiento urbano
desbordado, presión demográfica, déficit en infraestructura, inseguridad,
deterioro ambiental. La solución está en la integración inteligente, no
en la fragmentación.
La
figura del Área Metropolitana no es una imposición, sino una herramienta para
construir juntos. Requiere diálogo, participación, transparencia y
corresponsabilidad. Como ciudadanos, tenemos el derecho —y el deber— de
informarnos, debatir con altura y decidir con libertad.
Pensar
en grande, actuar con sentido humano
El
Oriente Antioqueño tiene todo para convertirse en una región modelo: economías
dinámicas, talento humano, riqueza natural y una identidad cultural profunda.
Pero para lograrlo, debemos superar los miedos, desmontar los mitos y abrazar
el cambio con responsabilidad.
La
Gestión Administrativa en el SER, como enfoque ético y comunitario, debe
estar presente en cada decisión. No se trata solo de infraestructura o cifras,
sino de mejorar la vida de las personas, de cuidar el territorio, de construir
comunidad.
Cordialmente,
Efraín Gallego Castro
Psicólogo Social Comunitario – UNAD
📧
efraingc9@gmail.com
Formación
académica:
- Magíster
en “Teoría y Práctica de la Prosocialidad y Aplicaciones de la
Logoterapia” – UAB
- Magíster
en Psicología Comunitaria – UNAD
- Especialista
en “Política y Protección de la Familia, con énfasis en Conciliación” –
UCO
- Especialista
(en curso) en Salud Mental Comunitaria – UNAD
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